DON JUAN JAYME Y CIVERA


Publicado en el Semanario La Comarca el 11/11/2016

Infanzón. Natural de Ojos Negros (Teruel), vino a residir a Ateca supuestamente a mediados del siglo XVIII. Casó en la ermita de San Martín el 27 de abril de 1760 con doña Vicenta Bonasa, de Huérmeda, de acomodada familia. De su matrimonio conocemos el nacimiento de los siguientes hijos: María Teresa (1764), Antonia Rafaela (1765), Bernardo José (1767), Bernardo Xavier (1769), Santiago (1771), Juan Félix (1774), Francisco Ignacio (1777), María del Carmen (¿?), y Joaquina Juana (¿?).

En 1786 compró a don Manuel Muñoz de Pamplona y Pérez de Nueros, Conde de Argillo, Señor de la villa de Pomer y del Castillo de Miedes, vecino de Zaragoza, “un conjunto de casas, bodegas, huerta, casillas, …en el referido lugar de Ateca y barrio de San Martín… confrontante todo con plaza que era de las mismas casas, cuesta de la Herrería (cuesta de las Bodeguillas), calleja de Capuchinos (hoy Cuesta de Capuchinos) , camino que va al molino harinero (Bodeguillas) y corrales … con la obligación de pagar cada año 4 libras de censo y treudo perpetuo… por precio de 1.066 libras, 13 sueldos y 11 dineros…”

Tras las oportunas obras la convirtió en una espléndida casa-palacio que hasta la fecha de hoy y a pesar de las diversas modificaciones padecidas sigue conociéndose como el Palacio. Esta casa pasaría a manos del papelero y fabricante de aguardiente don José Torrens Canals, luego a la familia Hueso y, finalmente, tras varias enajenaciones, a manos de una comunidad de vecinos.

Si embargo, parece que, en 1793, don Juan tenía su residencia en la calle Real, entre el mesón de María Godino (luego posada Nueva) y la calleja que salía al puente del río Jalón, casa que hoy se conoce como de los Choriceros, de decoración exterior muy similar a la del Palacio.

Dedicado a la industria del jabón y del aguardiente (tenía una fábrica de aguardiente frente a la iglesia de San Francisco con dos ollas de 36 y 40 cántaros respectivamente) y al comercio, hizo gran fortuna que no dudó en poner a disposición del Ayuntamiento prestando 1.600 libras jaquesa para la construcción del Mesón de Propios, y llegando, incluso, a prestar ayudas económicas a la Corona. Carlos IV, en atención a estas ayudas y a las obras realizadas a sus expensas (fue comisionado para arreglar la carretera desde Alhama hasta Ateca sin remuneración alguna, y convirtió el camino entre Ateca y Monterde en carretera para carruajes), creó en su favor, el 30 de noviembre de 1790, el título de la Baronía de Llumes, granja que había convertido en regadío aprovechando las aguas del río Piedra. En febrero de 1791 presentó dicho título al Ayuntamiento de Ateca que reconoció los honores, prerrogativas y exenciones que tal condecoración le concedía.

La prosperidad del matrimonio cambió a principios del siglo XIX y se vieron obligados a enajenar bienes hasta la cantidad de 7.400 pesos duros para hacer frente a las deudas contraídas. Debió excederse el Barón en la venta de bienes y aparecieron divergencias conyugales que fueron la causa de diversos pleitos. En 1807, hicieron una escritura de transacción por la que el Barón traspasaba a la Baronesa todos los bienes muebles e inmuebles y ésta se obligaba a pagarle mensualmente 300 reales para su sustento y le permitía usar determinadas habitaciones de la vivienda.

Fallecido en 1808, heredó el titulo de la baronía su hijo Bernardo José casado con doña Bruna Roda, de cuyo matrimonio nacieron Pascuala (que casó con don Melitón Magar Cabezas, Teniente coronel Graduado y capitán del Regimiento de Infantería de Línea del Príncipe), Manuel (casado con Antonia Pérez Andrés), Mariano, Juan Esteban y Pilar.

De María del Carmen sabemos que casó en 1802 con don José Naudín de Guzmán (Arlés, 1748-París 1820), I Conde de Guzmán, título concedido en 1792 por el duque de Parma don Fernando, que ejerció la carrera militar en el Ducado de Parma (Italia) y en España. Fue subdelegado del ministro Floridablanca y primer Director de Caminos y director de la carretera a Francia en Cataluña que le supuso el nombramiento de Intendente de Provincia y la concesión del Hábito de Santiago. Afrancesado al servicio de José I, fue consejero de Hacienda y de Estado en 1809 y nombrado Caballero de la Orden Real de España. En 1812 siguió a José I a Valencia y luego se exilió a Francia donde cobraría 400 francos mensuales.

Santiago casaría con doña Teresa Estévez, de Elche, hija de don Hipólito Estévez, Mariscal del Regimiento de Lusitania, hidalgo y Director Segundo de la Escuela de Veterinaria de Madrid, cuyo plan de estudio para su fundación había redactado.

Joaquina casó con don Agustín Cejador García cuya hija Micaela (Ateca 1784-1815) casaría en 1800 con el suizo don Miguel Rey Bonivini, Teniente del Regimiento de Suizos que se había batido en las guerras de los Pirineos contra Francia y en la de Portugal. Capitán en 1808 tomó parte en la batalla de Bailén donde su regimiento obtendría escudo de distinción. Ese mismo año fue nombrado Comandante y Director del recién creado Colegio de Cadetes de Granada y, en 1814, a los 45 años de edad, siendo agregado al Depósito Militar de la Plaza de Cádiz, obtuvo el premio de disperso en Ateca con 600 reales de vellón al mes. (Amplia información en La Comarca del 10 y 17 de octubre de 2014.

De Bernardo Xavier sólo sabemos que casó con doña Vicenta Jayme, y de los demás hermanos desconocemos su paradero a excepción de María que falleció con 4 años de edad.

 

(FUENTES: BLASCO SÁNCHEZ, Jesús. Pasado y presente de la Muy Ilustre Villa de Ateca. ASPACAR, 2010; Archivos Municipal, Parroquial y de Protocolos; información de doña Charo Ramón Lavilla, descendiente de don Manuel Jayme Roda; Internet.)

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