DON JOSÉ APARICIO CANSADO


Publicado en el Semanario La Comarca el 12/9/2014

Hijo de Enrique Aparicio Bernal y de Anunciación Paula Cansado Benedí, José Aparicio Cansado, Pepe para los íntimos, nació en 1897 en el seno de una humilde familia de carpinteros iniciándose en su juventud en el oficio de su padre; más tarde entró como obrero en la fábrica de Chocolates Hueso donde permanecería hasta su prematuro fallecimiento.

Persona tímida e introvertida gustaba de estar sólo, pero su educación y buenas formas le hacían ser cortés y respetuoso con todos de su alrededor, fueran conocidos o extraños. Pulcro y metódico -virtudes que le hacían ser un perfeccionista en su trabajo, tanto profesional como de ocio- cuidaba mucho su aseo personal llamando la atención el esmero que ponía en el vestir dentro de su humilde condición.

Profundamente religioso y amantísimo de Nuestra Señora de la Peana, su presencia en la misa Primera de los domingos y su posterior adoración a la Virgen en su capilla, era inquebrantable. Como no podía ser de otra manera, fue Esclavo de la Virgen de la Peana hasta su muerte y formó parte durante varios años de la Junta de la Cofradía como tesorero de la misma.

Fue nombrado fiscal municipal el 6 de junio de 1931 y durante la postguerra fue colaborador del desaparecido periódico NOTICIERO DE ARAGÓN como corresponsal de Ateca y Falleció soltero en 1960.

Sus verdaderas pasiones en sus momentos de ocio fueron la cría de canarios y la poesía, poniendo el mismo mimo en el cuidado de los primeros que en la métrica y rima de sus versos. De las muchas poesías con las que colaboró en el programa de fiestas, la primera fue en 1952 con el título “Voy de fiestas”:

   ¡Vamos, vamos Sebastiana;/prepárame el equipaje;/porque pasado mañana/tengo que salir de viaje/hacia mi tierra atecana.

 

   ¿Que tengo tiempo? No tal;/que año tras año he pasado/hasta alcanzar el caudal,/y, cuando lo tengo ahorrado,/eres mi única rival.

 

   No espero más, castellana;/que el tiempo corre veloz,/y a mi Virgen de la Peana/la anuncian por altavoz/en su fiesta tan galana.

 

   Ya sabes que hice promesa/cuando tan grave me hallaba,/a Ella, que es sabia Princesa,/si mi enfermedad curaba…/y lo prometido, pesa.

 

   Quiero en los corros beber/el vinillo de mi tierra;/las carreras he de ver,/y a las chicas darles guerra,/porque es del hombre un deber.

 

   En su triunfal recorrido/al Rosario acompañar,/cumpliendo lo prometido;/y sus cuentas desgranar,/en su honor, arrepentido.

 

   Ver las carreras de burros,/el fútbol y la pelota,/comer buñuelos y churros/y apretar bien a la bota,/como hacen todos baturros.

 

   Presenciar la novillada,/y por la noche rondar/hasta llegar la alborada;/y a mis paisanas cantar,/que, sin la jota, no hay nada.

 

   Espera una momento, maño;/no corras tanto, por Dios;/que yo también te acompaño/a dar las gracias los dos/y ver la Virgen este año.

(FUENTE: BLASCO SÁNCHEZ, Jesús. Antología poética. Sin editar. Compilación de las mejores poesías publicadas en los progamas de fiestas de la Virgen de la Peana de Ateca durante la segunda mitad del siglo XX).

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